domingo, 20 de julio de 2008

(...) Hay dos clases de personas: las que dan y las que toman... (...). Dos clases: el Escorpión y la Rana. (...) El Escorpión quiere cruzar el río pero no sabe nadar. Entonces va a ver a la Rana y le pide que lo cruce. La Rana le dice: “Si te cruzo sobre el lomo, me vas a picar”. El Escorpión le contesta: “A mí no me convendría picarte porque si estoy sobre tu lomo nos hundimos los dos.” La Rana reconoce que es lógico y acepta el trato. Lleva al Escorpión encima del lomo. Se enfrenta a las aguas. Nada en la correntada. A mitad de camino siente una picadura en su costado y se da cuenta de que después de todo el Escorpión la picó. Y mientras se hunden los dos bajo las olas, le pregunta la Rana: “Pero, ¿por qué me picaste, Señor Escorpión? Ahora nos ahogamos los dos.” Y responde el Escorpión: “no puedo evitarlo. Está en mi naturaleza.” (...).

"El juego de las lágrimas", 1992.

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