La creencia en lo sobrenatural termina siempre abolida por las gestas racionalistas.
Sin embargo, como observa Rafael Llopis, los mitos regresan del brazo del arte romántico. Pero ya no como las puras creencias que eran antes, sino como estética.
Aun negados por la razón, los fantasmas se resisten a morir. Pero deben abandonar sus pretensiones de verdad y se ven obligados a expresarse en un plano artístico, donde reconocen de antemano su condición fantástica. Así, el sentimiento, negado como creencia por la razón, niega a su vez la razón. Pero ya siendo arte, convertido en el eco de algo que ya no es, el mito pierde fuerza y se va agotando.
Alejandro Dolina, "Crónicas del Ángel Gris"
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