miércoles, 16 de julio de 2008

La zorra y las uvas

Es voz común que a más del mediodía
en ayunas la zorra iba cazando.
Halla una parra, quédase mirando
de la alta vid el fruto que pendía.

Causábale mil ansias y congojas
no alcanzar a las uvas con la garra,
al mostrar a sus dientes la alta parra
negros racimos entre verdes hojas.

Miró, saltó y anduvo en probaduras;
pero vió el imposible ya de fijo.
Entonces fue cuando la zorra dijo:
¡No las quiero comer! ¡No están maduras!

No por eso te muestres impaciente
si se te frustra, Fabio, algún intento;
aplica bien el cuento
y dí: ¡No están maduras!, frescamente.

Félix María de Samaniego

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